El liberalismo conservador es una ideología política que combina posiciones liberales y conservadoras en asuntos sociales, económicos o éticos.[1] El liberalismo conservador es una presentación más moderada o gradualista del liberalismo clásico que se aplica como etiqueta a diferentes partidos políticos y posiciones ideológicas de carácter ecléctico y posibilista. En general se trata de partidos de amplio espectro que engloban tanto la centroderecha política del liberalismo como a la derecha conservadora y tradicionalista la combinación de valores y políticas liberales con posturas conservadoras. Defiende el individualismo filosófico, el libre mercado y destaca la importancia de la moral basada en la religión. Propugnan por un Estado mínimo, bajos impuestos, regulaciones escasas y que el Estado solo intervenga para asegurar el orden público y el estado de derecho. [2] [3]
Los liberales conservadores creen que la desigualdad social es inevitable, confían en el libre mercado y las políticas económicas laissez faire, rechazando el concepto de justicia social, a la vez que tratan de conciliar con fuerzas sociales o idiosincrasias tradicionales, dando importancia utilitaria a la religión como una institución de cohesión del orden social y considerando los valores de la moral tradicional en su mensaje político. [4]
Las corrientes políticas definidas con estos términos suelen conciliar el liberalismo económico y el conservadurismo democrático, y defienden un gobierno limitado junto con la defensa de la continuidad del orden democrático, una vez que este quedó establecido históricamente.
Frente al conservadurismo tradicional, contiene una mayor apertura a temas valóricos y hace a un lado el histórico proteccionismo de este. Frente al liberalismo tradicional, se muestra alejado de los cambios políticos radicales o inmediatos, y apuesta por la estabilidad y el mantenimiento de un orden social heredado, matizado con cambios moderados o graduales. El liberalismo conservador tiene posiciones económicas liberales y en favor de la liberalización de la actividad económica, mientras en cuestiones de políticas sociales, derecho de familia, derechos y libertades reproductivos y derechos sexuales, puede tener posturas conservadoras o sugerir cambios graduales.