Las lunas heladas son una clase de satélites naturales con superficies compuestas mayoritariamente de hielo. Una luna helada puede contener un océano debajo de su superficie, y posiblemente incluir un núcleo rocoso de silicatos o rocas metálicas. Se supone que ellos pueden estar compuestos por hielo II u otro polimorfismo de hielo de agua.[1] El ejemplo más claro de esta clase de objeto es Europa, luna de Júpiter.
Las lunas heladas calentadas por mareas probablemente sean el tipo más común de objeto con agua líquida[cita requerida] y por ello el tipo de cuerpo celeste con mayores posibilidades de contener vida basada en el agua.
Algunas poseen criovolcanes, así como géiseres. El ejemplo más estudiado es Encélado, luna de Saturno.