Malaui o Malawi,[6] oficialmente la República de Malawi (en inglés, Republic of Malawi; en chichewa, Dziko la Malaŵi)[12] es un país sin salida al mar ubicado en el sureste de África,[4] antiguamente conocido como Nyasalandia,[13] que tiene como su capital a la ciudad de Lilongüe.[4] Limita con Zambia al noroeste, con Tanzania al noreste y con Mozambique al sureste, sur y suroeste.[4] El país está separado de Tanzania y Mozambique por el lago Malaui,[4] uno de los lagos con mayor superficie del continente africano. Su topónimo proviene de los antiguos reinos Maravi, una serie de Estados formados por tribus bantúes que habitaron el área.
Entre los siglos I y IV fue poblado por inmigrantes bantúes. Entre 1830 y 1860 ngoni, waYao e inmigrantes hablando suajili llegaron al país. En 1891 fue colonizado por los británicos, quienes lo gobernaron hasta 1964.[7] Tras la disolución de la Federación de Rodesia y Nyasalandia en 1963,[14] y tras obtener su independencia en 1964, Malaui se convirtió en un Estado unipartidista en 1966 bajo la presidencia de Hastings Banda, quien gobernó hasta 1994, cuando le fue arrebatado el poder.[7] Bingu Mutharika fue reelegido en 2009[7] y se mantuvo en el poder hasta el 6 de abril de 2012, cuando fallece a causa de un paro cardíaco.[15] Malaui tiene un gobierno democrático y multipartidista;[16] además cuenta con un pequeño ejército, que incluye las fuerzas armadas, una marina de guerra y una fuerza aérea. Su política exterior es prooccidente e incluye relaciones diplomáticas positivas con la mayoría de los países y participación en varias organizaciones internacionales.
Se encuentra entre los países menos desarrollados y más densamente poblados del continente.[16] La economía está basada en la agricultura, sobre todo de subsistencia, con una población altamente rural. El gobierno malauí depende mucho del apoyo exterior para cubrir sus necesidades económicas, aunque estas necesidades (y la ayuda ofrecida) han aumentado desde el año 2000. El gobierno afronta grandes retos en el crecimiento de la economía, educación, salud y protección del medio ambiente, y se está convirtiendo en financieramente independiente. Cuenta con varios programas de desarrollo desde 2005 que se concentran en los puntos anteriores, y el país parece estar mejorando, con grandes avances en los campos de economía, educación y salud vistos en 2007 y 2008.[16]
Tiene un bajo índice de esperanza de vida y una tasa alta de mortalidad infantil.[16] Además de contar con la existencia de miles de casos de sida, hecho que ha provocado la disminución de fuerzas de trabajo y el aumento del gasto gubernamental, lo cual se espera tenga un impacto importante en el Producto interno bruto (PIB) para 2010. Existe una diversidad cultural en la población que incluye a los nativos y las minorías de asiáticos y europeos, con múltiples idiomas y diferentes creencias.[17] Aunque existieron conflictos tribales en el pasado, en el siglo XXI han disminuido considerablemente y el concepto de la nacionalidad malauí ha comenzado a reformarse. A pesar de los conflictos bélicos que ha habido en este país a lo largo de los años, es conocido mundialmente como "La cuna de África" o "El corazón cálido de África" (en inglés: The warm heart of Africa). Sus habitantes se caracterizan por ser hospitalarios y por rechazar el conflicto. Posee una cultura que combina aspectos locales y coloniales, incluyendo deportes, arte, bailes y música.
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