La mancha ocular (o estigma) es un orgánulo fotorreceptor que se encuentra en las células flageladas (móviles) de algunas algas verdes y de otros organismos unicelulares fotosintéticos tales como los euglénidos. La mancha ocular permite a las células detectar la dirección e intensidad de la luz y responder dirigiéndose hacia ella (fototaxis) o alejándose ("fotoshock" o respuesta fotofóbica). Esto permite a la célula buscar la cantidad de luz óptima para la fotosíntesis. Las manchas oculares son los ojos más simples y más comunes encontrados en la Naturaleza, pues se componen simplemente de proteínas fotorreceptoras y un sistema de transducción de señales que genera una respuesta fotovoltaica.[1]