En la mitología griega, Minos (en griego antiguo Μίνως, Mínôs) era el nombre de un rey semilegendario de Creta. La civilización minoica recibe de Minos su nombre. No está claro si «Minos» es un nombre o si era la palabra cretense que significaba «rey». Se ha advertido la similitud entre Minos y los nombres de otros antiguos reyes fundadores, tales como Menes de Egipto, Mannus de Alemania, Manu de la India, Moisés del judaísmo, etc.
Las versiones historizantes nos cuentan que Minos reinó en Creta y en las islas del mar Egeo. En las fuentes antiguas se consideraba que Minos había sido un gran legislador y el primer artífice de la supremacía naval de la isla.[1][2][3] Consideraban a Minos un benévolo gobernante, legislador y supresor de la piratería.[2] Se decía que su constitución había formado la base de la de Licurgo.[4] Sin embargo, en la tradición ática y en la etapa ateniense, Minos es un cruel tirano, el demandante del tributo de jóvenes atenienses que alimentaban al Minotauro.
Puesto que posteriormente se supuso que el intercambio con los fenicios jugó un importante papel en el desarrollo de Creta, a veces se dice que Minos era fenicio. No existen dudas sobre el escenario histórico de la leyenda: los restos arqueológicos de la Edad del Bronce de Creta prueban la existencia de una civilización poderosa en la isla, y hace que resulte probable que no solo Atenas sino la propia Micenas estuviese una vez sometida a los reyes de Cnosos. A la vista del esplendor y la amplia influencia de los restos arqueológicos que descubrió en Creta Arthur Evans en 1900, se dio a la civilización descubierta un nombre derivado de Minos: la civilización minoica.
La explicación solar de "Minos" como "dios-sol" ha pasado a segundo plano tras los últimos descubrimientos. En cualquier caso se le habría reclamado naturalmente un origen divino como rey-sacerdote, y estaba rodeado de una atmósfera divina. El nombre de su esposa, Pasífae («la que brilla para todos»), es un epíteto de la diosa de la luna.[5]