Misa

Miniatura donde se representa el rezo de una misa pontifical de rito romano, siglo XV, Museo Británico

La Misa es el acto más elevado de toda la Iglesia católica y otras denominaciones cristianas,[1]​ ya que el sacramento de la Eucaristía es el centro y el compendio de todo el cristianismo,[2]​ y todos los demás sacramentos se ordenan para fin de este.[3]​ La Iglesia católica la denomina Santa Misa;[4]​ en la Comunión anglicana y algunas confesiones protestantes, entre ellas el luteranismo,[5]​ se denomina Santa Cena. Para los ritos orientales católicos, la Iglesia ortodoxa y la Iglesia copta se denomina como Divina Liturgia.

Según los Evangelios, Lc.22,19 por ejemplo, la Misa fue instituida por Jesucristo en[6]​ la Última Cena de Jesús de Nazaret con sus apóstoles.

El Catecismo de la Iglesia católica enseña que en la Santa Misa se hace presente el mismo sacrificio del calvario al celebrar el sacramento de la eucaristía. En ella el sacerdote celebrante, que representa a Cristo (alter Christus) consagra el pan y el vino pronunciando una fórmula sacramental (palabras de la consagración para los latinos, epíclesis para los orientales) que causa la transubstanciación, transformándolos en el cuerpo y la sangre de Cristo.

La Última Cena, de Leonardo da Vinci.
Crucifixión y Juicio Final de Jacopo del Casentino. Tabla a la témpera y pan de oro c. 1340-1349, Museo Walters, Baltimore. Donde vemos tanto el sacrificio de Cristo en la Cruz como la posterior aplicación y exposición de su méritos conseguidos por su Holocausto ante la Humanidad entera juzgada.
  1. Ribera C.M.F., Luis (1939). Mi Jesús, devocionario que se ofrede a los niños.. Segovia: Coculsa. p. 54. 
  2. Pío XII (20 de noviembre de 1947). «Mediator Dei». Carta encíclica (Castelgandolfo): 84. 
  3. Santo Tomás de Aquino. Summa Theologiae. p. III, q.65 a.3c. 
  4. Catecismo de la Iglesia Católica, 1332. Consultado el 30 de agosto de 2023.
  5. Según la creencia luterana la Eucaristía es el verdadero cuerpo y la verdadera sangre de Jesucristo, entregados en el santo sacramento del altar para el perdón de los pecados y el fortalecimiento de la fe. Los luteranos no creen en la transubstanciación, sino en la unión sacramental, que es una unión peculiar que Dios obra por las palabras de consagración en la que se unen el cuerpo y la sangre de Jesucristo al pan y al vino, así como el Espíritu Santo se une al agua del bautismo por la palabra de Dios.[cita requerida]
  6. Lucas XXII, 20

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