Muerte

El cráneo humano, ampliamente utilizado como símbolo de muerte y descomposición.
La muerte cuidando de sus flores en El jardín de la muerte de Hugo Simberg (1906).

La muerte (a veces referida por los eufemismos deceso, defunción, expiración, fallecimiento u óbito, entre otros) es el fin de la vida. Es un suceso irreversible que resulta del cese de la homeostasis en un ser vivo, es decir, de su incapacidad de utilizar energía para mantener al organismo vivo, con lo cual las funciones vitales llegan a su término. La causa de muerte puede ser natural (envejecimiento, enfermedad, depredación, desastre natural) o inducida (suicidio, homicidio, eutanasia, accidente, pena de muerte, desastre medioambiental, etc).

Tras la muerte, el cadáver puede tener diferentes destinos, pero en su estado natural pasa por varios procesos conocidos en su conjunto como fenómenos cadavéricos tales como la descomposición y la fosilización. Las personas además pueden llevar a cabo el entierro, la momificación, la cremación o la criogenización del cuerpo sin vida.

El proceso de fallecimiento, si bien está totalmente definido en algunas de sus fases desde un punto de vista fisiológico, bioquímico y médico, aún no es del todo comprendido en su conjunto desde el punto de vista termodinámico y neurológico, por lo que existen discrepancias científicas al respecto.

La muerte no solo marca el fin de la vida de la persona humana sino también el fin de su existencia como sujeto de derecho.[1]

  1. Muñiz, Carlos (2012). Fin de la existencia de las personas. El Derecho. ISBN 978-950-9805-74-3. Consultado el 7 de marzo de 2022. 

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