Nerva | ||
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Emperador romano | ||
Busto de Nerva, Museo Nacional Romano. | ||
Emperador del Imperio romano | ||
18 de septiembre de 96-28 de enero de 98 | ||
Predecesor | Domiciano | |
Sucesor | Trajano | |
Información personal | ||
Nombre completo | Marco Coceyo Nerva | |
Nacimiento |
8 de noviembre de 30 Narni, Umbría, Italia | |
Fallecimiento |
28 de enero de 98 (67 años) Roma, Italia | |
Sepultura | Mausoleo de Augusto, Roma | |
Familia | ||
Dinastía | Dinastía Antonina | |
Padre | Marco Coceyo Nerva | |
Madre | Sergia Plautila | |
Hijos | Trajano (adoptivo) | |
Marco Coceyo Nerva (en latín: Marcus Cocceius Nerva;[a] Narni, 8 de noviembre de 30-Roma, 28 de enero 98) fue un político romano del siglo I que gobernó el Imperio desde el año 96 hasta su muerte en el año 98. Al acceder al trono contaba con sesenta y seis años y era un reputado senador que había dedicado su vida al servicio del Imperio durante los reinados de Nerón, Vespasiano, Tito y Domiciano. Bajo Nerón fue miembro del séquito imperial y desempeñó un importante papel en el descubrimiento de una conspiración contra el emperador orquestada por el senador Cayo Calpurnio Pisón (65). Ejerció dos consulados en 71 y 90.
El 18 de septiembre del año 96, el emperador Domiciano fue asesinado durante una conspiración palaciega en la que se vieron implicados varios miembros de la Guardia Pretoriana y varios libertos. Ese mismo día el Senado le nombró emperador y él tomó el nombre de Nerva César Augusto.[b] Como nuevo monarca juró restaurar los derechos que habían sido abolidos o simplemente dejados de lado durante el reinado de Domiciano. Sin embargo, su administración estuvo marcada por problemas financieros y por su falta de habilidad a la hora de tratar con las tropas. Una rebelión de la guardia pretoriana en el año 97 lo forzó a adoptar como su heredero y sucesor al popular Trajano, quien lo sucedería tras la muerte natural de Nerva el 27/28 de enero de 98.[7]
En el año 100, cuando finalmente Trajano se trasladó a Roma, este emperador se hizo cargo de la deificación de su padre adoptivo. Aunque se desconoce gran parte de su vida, fue considerado por los historiadores antiguos un emperador sabio y moderado. Esta opinión ha sido seguida por historiadores modernos como Edward Gibbon, quien llama a Nerva y sus cuatro sucesores los cinco buenos emperadores.
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