Noche de los cristales rotos | ||
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Parte de Antisemitismo | ||
La sinagoga ortodoxa Ohel Jakob (en Múnich) después del ataque incendiario, 9 de noviembre de 1938. | ||
Localización | ||
País | Alemania | |
Localidad | Alemania nazi | |
Lugar | Alemania y Dánzig | |
Datos generales | ||
Tipo | Pogromo | |
Causa | Antisemitismo | |
Objetivo | Judíos | |
Participantes | Tropas de asalto de las SA, Juventudes Hitlerianas y la población civil alemana | |
Histórico | ||
Fecha | 9 y 10 de noviembre de 1938 | |
Desenlace | ||
Muertos | más de 91 (sin incluir suicidios) | |
Arrestados | 30.000 judíos | |
Resultado |
Más de 7.500 negocios judíos destruidos y saqueados Alrededor de 267 Sinagogas destruidas entre otros daños | |
La noche de los cristales rotos (en alemán: Novemberpogrome 1938 o, más popularmente, Kristallnacht) fue una serie de linchamientos y ataques combinados ocurridos en la Alemania nazi y también en Austria, durante la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, llevados a cabo contra ciudadanos judíos por las tropas de asalto de las SA junto con la población civil, mientras las autoridades alemanas observaban sin intervenir, siendo así el mayor pogromo en la historia.[1]
Presentado por los responsables nazis como una reacción espontánea de la población tras el asesinato, el 7 de noviembre de 1938, de Ernst vom Rath, secretario de la embajada alemana en París por un judío polaco de origen alemán, Herschel Grynszpan, los pogromos fueron cometidos por miembros de la Sturmabteilung (SA), la Schutzstaffel (SS) y las Juventudes Hitlerianas, apoyadas por el Sicherheitsdienst (SD), la Gestapo y otras fuerzas de la policía.
Estos pogromos fueron dirigidos contra los ciudadanos judíos y sus propiedades, así como también la destrucción de las sinagogas de todo el país.[2] El nombre del pogromo se debe a los vidrios rotos pertenecientes a los escaparates de las tiendas y a las ventanas de los edificios de propiedad judía, que cubrían las calles como consecuencia de los destrozos.[2]
Al menos 91 ciudadanos judíos fueron asesinados durante los ataques y otros 30 000 fueron detenidos y posteriormente deportados en masa[3] a los campos de concentración de Sachsenhausen, Buchenwald y Dachau.[4][5][2] Las casas de la población judía, así como sus hospitales y sus escuelas, fueron saqueadas y destruidas por los atacantes, demoliéndolas con mazos.[6] Más de 1000 sinagogas fueron quemadas —95 solo en Viena— y más de 7000 tiendas de propiedad de judíos fueron destruidas o seriamente dañadas.[7][8]
La Kristallnacht fue seguida por una persistente persecución política y económica a la población judía, y es considerada por los historiadores como parte de la política racial en la Alemania nazi y el paso previo del inicio de la Solución Final y del Holocausto.[9]