Un parasitoide es un organismo cuyas larvas se alimentan y desarrollan en el interior (endoparásitos) o en la superficie (ectoparásitos) del cuerpo de otro artrópodo, por lo general un insecto.[1][2] Cada larva de parasitoide se desarrolla en un solo individuo o huésped al que termina matando. El parasitoide adulto es un insecto de vida libre que puede ser tanto herbívoro como depredador. La mayor parte de los parasitoides descritos son avispas (Hymenoptera), también existen moscas parasitoides (Diptera), unas pocas especies de escarabajos (Coleoptera), polillas (Lepidoptera), neurópteros (Neuroptera), e incluso se ha descrito una especie de tricóptero (Trichoptera) parasitoide.[3] Actualmente se conocen alrededor de 68 000 especies de parasitoides. Se estima que el total de especies de parasitoides debe ser de alrededor de 800 000.[4]
Las características distintivas de los parasitoides son:
Los parasitoides son por lo general mucho más específicos que los depredadores, y a diferencia de los parásitos pueden dispersarse activamente en busca de sus presas. Por estas razones tienen una gran importancia como agentes de control biológico de insectos plaga, principalmente en la agricultura, un claro ejemplo de parasitoide en agricultura es el himenóptero Eretmocerus mundus, que parasita a ejemplares de la mosca blanca del tabaco Bemisia tabaci.