Se denomina pera a un tipo de fruto de distintas especies del género Pyrus, integrado por árboles caducifolios conocidos comúnmente como perales.[1] Sin embargo, cuando se trata del fruto comestible, se hace referencia mayormente al producido por el llamado peral común (Pyrus communis). La pera es una fruta muy jugosa, carnosa y una de las más importantes producidas en las regiones templadas.[2]
En China son consideradas como un símbolo de longevidad porque, aunque sus flores sugieren fragilidad, crecen en el peral, un árbol caracterizado por su fuerza y longevidad capaz de resistir las sequías más duras. El carácter intenso bajo esa fragilidad aparente es una característica común en las flores y frutos de su familia —la de las rosáceas—: rosas, fresas, melocotones y cerezas. Además, su inconfundible sabor resiste la destilación para elaborar aguardiente. La pera es una de las frutas que mejor tolera el organismo y de las que menos alergias producen, tiene un alto contenido en agua (más del 80 %), por lo que es muy fácil de digerir; es rica en fibra y vitamina C y posee propiedades antioxidantes.[3] Por ende se considera muy adecuada para lograr un enriquecimiento vitamínico y favorecer una dieta sana y equilibrada.