Primavera de Praga

Primavera de Praga
Parte de imperialismo soviético

Checoslovacos llevan su bandera nacional frente a un tanque en llamas en Praga.
Fecha 5 de enero - 21 de agosto de 1968 (7 meses, 2 semanas y 2 días)
Lugar Checoslovaquia Bandera de República Checa
Casus belli Socialismo con rostro humano
Doctrina Brézhnev
Resultado Invasión de Checoslovaquia por el Pacto de Varsovia
Consecuencias Normalización de Checoslovaquia
Beligerantes
Pueblo y Gobierno de Checoslovaquia Bandera de República Checa Pacto de Varsovia Escudo del Pacto de Varsovia

La Primavera de Praga (en checo: Pražské jaro; en eslovaco: Pražská jar) fue un periodo de liberalización política y protesta masiva en Checoslovaquia como Estado socialista después de la Segunda Guerra Mundial. Comenzó el 5 de enero de 1968, cuando el reformista Alexander Dubček fue elegido primer secretario del Partido Comunista de Checoslovaquia (KSČ), y continuó hasta el 21 de agosto de 1968, cuando la Unión Soviética junto con otros miembros del Pacto de Varsovia, para reprimir las reformas, invadieron el país.[1]

Las reformas de la Primavera de Praga fueron un fuerte intento de Dubček para otorgar derechos adicionales a los ciudadanos de Checoslovaquia en un acto de descentralización parcial de la economía y de democratización. Las libertades otorgadas incluyeron un aflojamiento de las restricciones en los medios de comunicación, la libertad de expresión y de desplazamiento. Después de la discusión nacional sobre la división del país en una federación de tres repúblicas —Bohemia, Moravia-Silesia y Eslovaquia—, Dubček supervisó la decisión de dividirse en dos: la República Socialista Checa y la República Socialista Eslovaca.[2]​ Esta doble federación fue el único cambio formal que sobrevivió a la invasión.

Las reformas, especialmente la descentralización de la autoridad administrativa, no fueron bien recibidas por los soviéticos, quienes, tras negociaciones fallidas, enviaron medio millón de tropas y tanques del Pacto de Varsovia para ocupar el país. The New York Times citó informes de 650 000 hombres equipados con las armas más modernas y sofisticadas del catálogo militar soviético.[3]​ Una gran ola de emigración barrió Checoslovaquia. La resistencia se expandió a todo el país, lo que implicó un intento de fraternización, el sabotaje de las señales de tráfico, el desafío a los toques de queda, etc. Si los militares soviéticos predijeron que llevaría cuatro días dominar al país, la resistencia se mantuvo durante ocho meses hasta que finalmente fue burlada por estratagemas diplomáticas (ver más abajo). Se convirtió en un ejemplo de alto perfil de la defensa basada en civiles; hubo actos esporádicos de violencia y varios suicidios de protesta por inmolación (el más famoso fue el de Jan Palach), pero no hubo resistencia militar. Checoslovaquia permaneció controlada por la Unión Soviética hasta 1989, cuando la Revolución de Terciopelo finalizó pacíficamente el régimen comunista. Las últimas tropas soviéticas abandonaron el país en 1991.

Después de la invasión, Checoslovaquia entró en un período conocido como «normalización»: los líderes posteriores intentaron restaurar los valores políticos y económicos que habían prevalecido antes de que Dubček obtuviera el control de KSČ. Gustáv Husák, quien reemplazó a Dubček como primer secretario y también fue nombrado presidente, revirtió casi todas las reformas. La Primavera de Praga inspiró música y literatura checoslovacas, incluyendo la obra de Václav Havel, Karel Husa, Karel Kryl y la novela de Milan Kundera La insoportable levedad del ser.[1]

  1. a b «Las "Dos mil palabras" del pueblo checoslovaco». Radio Praga. 27 de junio de 2018. 
  2. Emisiones de radio checas del 18 al 20 de agosto de 1968
  3. New York Times, 2 de septiembre de 1968

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