En la mitología griega, Prometeo (en griego antiguo Προμηθεύς, ‘previsión’, ‘prospección’)[1] es el titán amigo de los mortales, conocido principalmente por desafiar a los dioses robándoles el fuego a ellos en el tallo de una cañaheja, darlo a los hombres para su uso y posteriormente ser castigado por Zeus.[2] Por este motivo, como introductor del fuego e inventor del sacrificio, Prometeo es considerado como el titán protector de la civilización humana.
«Según la tradición transmitida por algunos mitógrafos, [Prometeo] robó el fuego a los dioses y lo entregó a los hombres; pero lo que pasó en realidad es que fue el descubridor de los utensilios con los que se enciende el fuego».[3]