Las reservas de la biosfera son territorios cuyo objetivo es armonizar la conservación de la diversidad biológica y cultural, el desarrollo económico y social a través de la relación de las personas con la naturaleza, y el apoyo logístico que apoye el desarrollo por medio de la investigación, el seguimiento, la educación y la formación. Estas se llevan a cabo en tres zonas: núcleo o central, de amortiguamiento y de transición.[1]