El término roble se utiliza para referirse a muchas especies de árboles del género Quercus, nativo del hemisferio norte, y ocasionalmente también a especies de otros géneros de la misma familia (Fagaceae) o incluso de otras familias, como en el caso de algunas especies de Nothofagus (fam. Nothofagaceae). En sentido estricto del término, en la península ibérica los robles comprenden las siguientes especies:[1] Quercus faginea Lam., Quercus humilis Miller, Quercus petraea (Mattuschka) Liebl., Quercus pyrenaica Willd., Quercus robur L. y Quercus rubra L.
En su uso originario el término, derivado del latín robur, designa a especies europeas de Quercus de hojas blandas, de borde sinuoso, caducas o marcescentes, propias de climas templados oceánicos; o bien de variantes frescas, por altitud, del clima mediterráneo.
En el hemisferio norte, es posible encontrarlo tanto en climas fríos como tropicales en Asia y América. Su desarrollo se alcanza a los 200 años y hay datos de haber llegado a los 1600 años.
Un bosque de robles recibe el nombre de robleda, robledo o robledal.[2]