El secularismo es el principio de tratar de dirigir los asuntos humanos basándose en principios y consideraciones derivados únicamente del mundo material, sin recurrir a la religión.[1][2] Se define más comúnmente como la separación de la religión de los asuntos cívicos y del Estado - que de acuerdo con el pluralismo religioso define el secularismo como neutralidad (del Estado o no sectario) en cuestiones de religión en contraposición a la oposición total de la religión en la plaza pública en su conjunto - mientras que otros puntos de vista pueden ampliarlo a una posición relativa a la necesidad de eliminar o minimizar el papel de la religión en cualquier esfera pública.[3] El término tiene una amplia gama de significados, y en el más esquemático, puede encapsular cualquier postura que promueva lo secular en cualquier contexto dado.[4][5] Puede connotar anticlericalismo, ateísmo, antiteísmo, naturalismo, no sectario, laicidad, neutralidad en temas de religión, o la eliminación (completa) de los símbolos religiosos de las instituciones públicas.
Como filosofía, el secularismo pretende interpretar la vida basándose en principios derivados únicamente del mundo material, sin recurrir a la religión. Desplaza el foco de atención de la religión hacia las preocupaciones "temporales" y materiales.[6]
Existen distintas tradiciones de securalismo en Occidente, como los modelos francés, turco y angloamericano, y más allá, el de la India,[7] donde se hace más hincapié en la igualdad ante la ley y la neutralidad del Estado que en la separación general. Los propósitos y argumentos en apoyo del laicismo varían mucho, desde las afirmaciones de que es un elemento crucial de la modernización, o que la religión y los valores tradicionales son atrasados y divisorios, hasta la afirmación de que es el único garante del libre ejercicio religioso.