Las películas de serie Z son películas cinematográficas de bajo presupuesto y con una calidad inferior a las películas de serie B. El término serie Z surgió a mediados de los años 60 como una descripción informal de ciertas películas que, con toda seguridad, no podían calificarse como de clase A. Pronto fue adoptado para caracterizar películas de bajo presupuesto con unos estándares de calidad inferiores a los de la mayoría de las películas de serie B, o incluso las llamadas de serie C. Aunque las películas de serie B tienen guiones mediocres y los actores son relativamente poco conocidos o son debutantes, la iluminación, la grabación y la edición son aceptables.[1]