El sexo anal es una práctica sexual que consiste en la introducción y empuje del peneerecto en el ano o el recto de la pareja para obtener placer sexual.[1][2] Otras formas de sexo anual incluyen el fingering anal, el uso de un juguete sexual (en el caso de la masturbación anal), el anilingus, el pegging,[3] así como otras prácticas como la electroestimulación erótica y la tortura erótica (p. ej., el figging). Otros términos sinónimos son «sodomía», «coito anal» y «pedicación». Si bien el término sexo anal significa más comúnmente la penetración anal con el pene,[4] algunas fuentes académicas usan el término coito anal para referirse de manera exclusiva a la penetración penil del ano, y sexo anal para referirse a cualquier forma de actividad sexual anal, especialmente con una pareja, en oposición a la masturbación anal.[4][5] En un enfoque ampliado la sexualidad anal abarca diversas formas de estimulación, desde la masturbación anal con los dedos al sexo oral-anal, conocido también como anilingus.[6]Además de en los seres humanos, se conoce la existencia de esta práctica entre primates y otros mamíferos.[7]
La mayoría de hombres homosexuales reportan practicar sexo anal,[8]aunque otros tipos de comportamientos sexuales se practican con mayor frecuencia en este grupo.[9] En parejas heterosexuales, el sexo anal probablemente no es raro y es posible que se esté haciendo más prevalente.[10][11][12][13][14] Algunos tipos de sexo anal también pueden ser parte de las prácticas sexuales entre lesbianas.[15]
Muchas personas encuentran placentero el sexo anal mediante la estimulación de las terminaciones nerviosas del ano, y algunas pueden alcanzar el orgasmo a través de la penetración anal: por medio de la la estimulación de la próstata en el caso de los hombres, o de la estimulación indirecta del punto G o del clítoris en las mujeres, así como por estimulación de otros nervios sensoriales (en particular el nervio pudendo).[16][17][18][19] Sin embargo, para algunas personas puede ser doloroso, en ocasiones de forma extrema,[20][21] lo que en algunos casos puede ser de origen psicosomático.[21]
Como ocurre con la mayoría de formas de actividad sexual, practicar el sexo anal aumenta el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS). El sexo anal se considera una práctica sexual de alto riesgo, debido a la vulnerabilidad del ano y el recto. El tejido anal y rectal son delicados y no brindan lubricación como lo hace la vagina, de manera que se pueden rasgar fácilmente y permitir la transmisión de enfermedades, particularmente si no se usa un lubricante íntimo.[2] El sexo anal sin la protección de un condón es considerado la forma más riesgosa de actividad sexual,[22][23] y por tanto autoridades sanitarias como la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendan el uso de prácticas de sexo seguro para el sexo anal.[24]
A menudo se expresan opiniones fuertes respecto al sexo anal. Es controversial en varias culturas, a menudo debido a prohibiciones religiosas contra el sexo anal entre hombres o a doctrinas sobre el propósito procreador de la actividad sexual. Puede ser considerado tabú o no natural, y en algunos países es considerado un delito, punible con el castigo corporal o incluso capital.[25][3] En contraste, el sexo anal puede también considerarse una forma natural y válida de actividad sexual tan satisfactoria como otras expresiones sexuales deseadas, y puede constituir un elemento de mejora o incluso un elemento primario de la vida sexual de una persona.[25][3]
↑ abDunkin, Mary Anne. «Anal Sex Safety: What to Know». WebMD(en inglés). Archivado desde el original el 12 de noviembre de 2017. Consultado el 19 de agosto de 2013. «Often referred to simply as anal sex, anal intercourse is sexual activity that involves inserting the penis into the anus.»
↑Heywood, Wendy; Smith, M. A. Anthony (2012). «Anal sex practices in heterosexual and male homosexual populations: a review of population-based data.». Sexual Health9 (6): 517-526. PMID22951046. doi:10.1071/SH12014.
↑Barry R. Komisaruk, Beverly Whipple, Sara Nasserzadeh, Carlos Beyer-Flores (2009). The Orgasm Answer Guide. JHU Press. pp. 151 pages. ISBN9780801893964. Consultado el 6 de noviembre de 2011.