El sindicalismo revolucionario es una corriente sindical donde el sindicato era la institución clave tanto para proteger a los trabajadores de sus patronos y del Estado (o de cualquier abuso) como para organizar la vida productiva administrativa de la sociedad. En sentido amplio, suelen denominarse sindicalismo revolucionario aquellas corrientes sindicales radicalizadas que se oponen al parlamentarismo democrático y, en algunos casos, a la sujeción de los trabajadores y su lucha a un partido político. Se caracteriza por la defensa de la autonomía de las luchas de las clases trabajadoras que había sido manifestada en el lema de la Primera Internacional: la liberación de los trabajadores será hecha por los trabajadores mismos o no será.
Algunos de los sindicatos que han usado el término para definirse han rechazado la injerencia partidista salvo que dicho partido sea comunista, trotskista, guevarista, maoísta, socialista revolucionario. o incluso, en una posición no de izquierdas, nacionalsindicalista en España.
Finalmente, en algunos países, sindicalismo revolucionario se toma como sinónimo del anarcosindicalismo, o como su antecesor, tanto por la tesis del accionar sindical que busca la negociación laboral-patronal directa y rechaza realizarla a través del gobierno como por aquella que busca organizar la sociedad a través de asociaciones laborales.