Superficie terrestre es una expresión utilizada habitualmente, incluso en contextos científicos,[1] pero que presenta una cierta ambigüedad. Puede referirse tanto a la totalidad de la superficie de la Tierra, definida geométricamente por el geoide; como solo a alguna de sus partes, especialmente a la parte superficial de la litosfera. Incluso en este caso, tampoco hay una precisa identificación del término, que puede referirse tanto a toda la denominada corteza terrestre como a su parte más superficial o formación geológica superficial, cuya parte más importante es el suelo.
Habitualmente la expresión "superficie terrestre" se utiliza para referirse a esta "superficie sólida" la expresión tierras emergidas (continentes e islas), como sinónimo de relieve terrestre. No obstante, cuando se utiliza para identificar la superficie del planeta como tal, incluye a la parte superficial de las masas de agua que forman la hidrosfera (mares y océanos, aguas continentales –ríos, lagos, glaciares–, etc.).
No es usual, pero sí se hace en algún caso, referirse con el nombre superficie terrestre a la superficie de la atmósfera en contacto con la litosfera o hidrosfera (en cuanto a su extremo opuesto, no hay un límite o superficie en contacto con el espacio exterior, sino un gradual enrarecimiento de la materia que compone la atmósfera en sus capas exteriores). Entendida así, la superficie terrestre como el lugar que engloba las aguas, el suelo y la atmósfera, se designa con el nombre de "espacio geográfico". Tampoco es usual referirse con ese nombre a los seres vivos que forman la biosfera, y que tienen las distintas partes de la superficie terrestre como sus biotopos.