Una valla o cerca[1] es un elemento arquitectónico que se utiliza para delimitar áreas y protegerlas contra intrusos. Suelen ser metálicas, de madera o piedra.
Las vallas se colocan alrededor de un predio, terreno o jardín, y tienen la función de impedir la entrada al mismo y/o de proteger la intimidad de sus habitantes. Las vallas se instalan en granjas, o en otros espacios como, por ejemplo, los jardines de las viviendas.
Los vallados más antiguos eran a base de piedra apilada en seco o de diferentes tramas de vegetales inertes o vivos. Una valla contemporánea típica es formada por una serie de tablones o estacas de madera colocados en vertical y terminados en punta o de forma redondeada. Se clavan al terreno y se unen por medio de otras tablas horizontales que se clavan a las anteriores. Existen también vallas metálicas que consisten en una malla de alambre, denominada alambrada. También se encuentran vallas confeccionadas con materiales naturales como cañas o brezo. En este caso, las piezas se trenzan con alambre conformando una superficie tupida.
En el norte de México, se construyen con ocotillo, gobernadora, tablones, bases de tarimas de madera, alambre de púas, entre otros materiales. También en algunas zonas de México se utiliza la palabra "cercar" para referirse a una pared hecha de varas o leña enjarradas con zoquete. Las casas de leña son también conocidas como “casas de cerca”. En este contexto, “cercar” significa emplear esta técnica constructiva.[2]