William Randolph Hearst | ||
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Miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos por el 11.º distrito congresional de Massachusetts | ||
4 de enero de 1903-3 de enero de 1907 | ||
Predecesor | William Sulzer | |
Sucesor | Charles V. Fornes | |
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Información personal | ||
Nacimiento |
29 de abril de 1863 San Francisco, California, Estados Unidos | |
Fallecimiento |
14 de agosto de 1951 (88 años) Beverly Hills, California, Estados Unidos | |
Causa de muerte | Infarto agudo de miocardio | |
Sepultura | Cypress Lawn Memorial Park | |
Residencia | Maryland, Estados Unidos | |
Nacionalidad | Estadounidense | |
Religión | Anglicano | |
Familia | ||
Padres |
George Hearst Phoebe Apperson | |
Cónyuge | Millicent Veronica Willson (matr. 1903; fall. 1951) | |
Pareja | Marion Davies | |
Hijos |
George Randolph Hearst (1904–1972) William Randolph Hearst, Jr. (1908–1993) John Randolph Hearst (1910–1958) Randolph Apperson Hearst (1915–2000) David Whitmire Hearst (1915–1986) Patricia Lake (presunta) | |
Educación | ||
Educado en | Universidad de Harvard | |
Información profesional | ||
Ocupación |
Empresario Político Escritor | |
Años activo | 1880-1949 | |
Patrimonio | US$ 200 millones (al cambio de la época) | |
Partido político | Demócrata | |
Firma | ||
William Randolph Hearst (San Francisco, 29 de abril de 1863-Beverly Hills, 14 de agosto de 1951) fue un periodista, editor, publicista, empresario, inversionista, político y magnate de la prensa y los medios estadounidenses, que emergió como uno de los más poderosos personajes de la escena política y empresarial de dicho país.
Consolidó uno de los más grandes imperios empresariales de la historia, llegando a poseer en su epítome un total de 28 periódicos de circulación nacional, entre ellos Los Angeles Examiner, The Boston American, The Atlanta Georgian, The Chicago Examiner, The Detroit Times, The Seattle Post-Intelligencer, The Washington Times, The Washington Herald y su periódico principal The San Francisco Examiner, además de diversificarse con la posesión de empresas editoriales, compañías y emisoras de radio, así como revistas, tal es el caso de Cosmopolitan, Town and Country y Harper's Bazaar, entre muchas otras.
Ampliamente conocido por usar los medios como auténticos instrumentos políticos, además de ser el más afamado de los promotores de la prensa amarilla, se valió de generar escándalos y de la manipulación mediática para lograr que sus intereses comerciales y políticos se viesen beneficiados; siendo los casos más reseñables su intervención para que la guerra hispano-estadounidense aconteciera y sus periódicos fuesen los que obtuvieran las primicias, así como la campaña que realizó en contra de la Revolución Mexicana, primero para mantener el régimen de Porfirio Díaz y luego el de Victoriano Huerta; ello debido a la inmensa cantidad de propiedades y haciendas de su propiedad en territorio mexicano, que se habrían visto en riesgo con la revolución. El historiador mexicano Fernando Carmona de la Peña señala en El drama de América Latina: el caso de México[1] (1964), que Hearst llegó a disponer de tres millones de hectáreas en el país; en Chihuahua era donde más propiedades tenía. Conocido como el gran manipulador sobre la crisis del Maine de 1898 y del Holodomor de 1932-33 en Ucrania.
Tras 1918 y el final de la Primera Guerra Mundial, Hearst empezó a adoptar gradualmente posturas más conservadoras y a promover una política exterior aislacionista para evitar involucrarse más en lo que consideraba asuntos europeos corruptos. Era a la vez un nacionalista militante, un anticomunista acérrimo tras la Revolución Rusa, y desconfiaba profundamente de la Sociedad de Naciones y de los británicos, franceses, japoneses y rusos.[2] Tras el ascenso de Hitler al poder, Hearst se convirtió en partidario del Partido Nazi, ordenando a sus periodistas que publicaran una cobertura favorable de la Alemania nazi y permitiendo que destacados nazis publicaran artículos en sus periódicos.[3] Fue uno de los principales partidarios de Franklin D. Roosevelt en 1932-1934, pero luego rompió con FDR y se convirtió en su más principal enemigo en la derecha. La publicación de Hearst alcanzó una circulación máxima de 20 millones de lectores diarios a mediados de la década de 1930. Gestionó mal las finanzas y estaba tan endeudado durante la Gran Depresión que la mayoría de sus activos tuvieron que ser liquidados a finales de la década de 1930. Hearst consiguió conservar sus periódicos y revistas.
Deseoso de consagrarse en el campo político, Hearst trató de alcanzar varios cargos públicos, valiéndose de todas las herramientas de las que dispuso. Tuvo éxito en ser electo por el Partido Demócrata, como miembro de la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos, para el periodo 1903-1905 y luego consiguió reelegirse para el consiguiente periodo de 1905-1907; pero falló posteriormente en su intento de convertirse en Alcalde de Nueva York y luego fracasó otra vez, en esta ocasión en su aspiración a ser gobernador del Estado de Nueva York. En lo sucesivo no interferiría directamente en la política, aunque sí mantendría injerencia en la misma.
La historia de Hearst, llena de ambiciones, extravagancias y acciones tan despóticas como arbitrarias, sería llevada a la gran pantalla por Orson Welles con la afamada película Ciudadano Kane. El propio Hearst trató de evitar que fuese lanzada al público, lo que ocasionó que la cinta no lograse obtener un buen resultado en las taquillas. No obstante, la película conseguiría ganar un Óscar y a la larga sería considerada como una de las más extraordinarias obras del séptimo arte.