En la mitología griega, Zeus (en griego clásico: Ζεύς [Zeús]; en griego moderno: Δίας [Días]; en latín: Zeus), es «el principal y el más grande de los dioses»,[1] una divinidad a la que se denomina a veces con el título de «padre de los dioses y los hombres».[2] Gobierna a los dioses del Olimpo como un padre a una familia, de forma que incluso los que no eran sus hijos naturales se dirigen a él como tal.[3] Es el rey de los dioses y supervisa el universo.[4] Es el dios del cielo, maneja su arma más terrible, el rayo, y es el garante de que se cumplan las leyes y el destino. Entre sus atributos se incluyen el cetro y la corona (como símbolos de su poder), el rayo, el águila, el toro y el roble. Además de su herencia indoeuropea, el clásico Zeus «recolector de nubes» también obtuvo ciertos rasgos iconográficos de culturas del antiguo Oriente Próximo, como el cetro. Zeus fue comúnmente representado por los artistas griegos en dos poses: de pie, avanzando con un rayo levantado en su mano derecha, y sentado majestuosamente.
Hijo de Cronos y Rea, era el más joven de sus descendientes y a menudo es descrito por el patronímico de Cronida o Cronión. En la mayoría de las tradiciones aparece casado con su hermana Hera. Hesíodo nos dice, sin embargo, que Zeus tuvo hasta siete esposas, primero lo fue Metis, luego Temis, Eurínome, Deméter, Mnemósine, Leto y finalmente Hera.[5] No obstante en el oráculo de Dódona su esposa era Dione.[6]
Es conocido por sus numerosas aventuras y amantes, fruto de las cuales fueron muchas deidades y héroes, incluyendo Afrodita, Apolo, Ares, Artemisa, Atenea, Dioniso, las Gracias, Hebe, Hefesto, Helena, Heracles, Hermes, Minos, las Moiras, las Musas, Perséfone, Perseo y Tántalo.[7]
En griego, el nombre del dios es Zeús en el caso nominativo y Διός dios en el genitivo. Las formas más antiguas del nombre son las micénicas di-we y di-wo, escritas en lineal B.[8] La palabra Zeus está relacionada con dios y con Júpiter (de Dyu-piter *Dyeu-, 'luz' y piter, 'pater, padre'), y esta, a su vez, con brillo, luz diurna.[9]
Su equivalente en la mitología romana era Júpiter; en la etrusca, Tinia; en el hinduismo, Diaus Pitar; en la egipcia, Amón; y en la cananea, Baal.[10]
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